Prestar o No Dinero

Prestar dinero a un amigo o familiar suele ser complicado, ya que queremos ayudar a esa persona que lo necesita, pero también debemos cuidar nuestro dinero.

Involucrar a nuestros amigos o familiares con dinero nunca suele ser bueno.

A continuación, te comentaré si debes prestar o no dinero a tus conocidos y cuales son los pasos que debes seguir cuando alguien te pida dinero prestado.

Recuerda que en lugar de leer, puedes también verlo en nuestro canal Tiempo de Finanzas 🙂

¿Por qué no debemos prestar dinero a alguien cercano?

El mejor medio para conservar a nuestros amigos y familiares es no entablar una relación alrededor del dinero con ellos, por lo que evita prestarles dinero.

Empecemos por aceptar que tomar la decisión de prestar dinero siempre es difícil, tanto si lo haces como si no, y en muchas ocasiones termina complicando la relación.

Para entenderlo mejor, escucha y aprende de la historia de Juan, quien dice que jamás volverá a prestar dinero a alguien.

Juan y Ángel eran amigos desde hace bastante tiempo. Compartían muchos momentos juntos, reuniones, partidos de futbol, viajes, etc… en verdad era una amistad que valía la pena.

Por eso Juan no pudo negarse cuando su amigo Ángel le pidió dinero prestado, después de todo, confiaba en él y acordó pagárselo tan pronto como le fuese posible.

Luego de unos meses, Ángel aún no le había devuelto el dinero a Juan, incluso evitaba hablar del tema por vergüenza. Juan, por otro lado, tampoco le reclamaba para no presionarlo, pero se sentía preocupado por el capital que había cedido. Esto los llevó a separarse poco a poco hasta que únicamente se veían por simple coincidencia en la calle. El tiempo pasó, pero Juan jamás recuperó su dinero.

¿Te ha sucedido algo similar alguna vez?

El dinero involucra un factor emocional, así que darlo en préstamo no es sencillamente una transacción de fondos. Un préstamo es una deuda, aún la más pequeña cantidad es una obligación que de alguna manera quita la libertad a quien la contrae, sea que se tome de un banco, un amigo o un familiar.

¿Qué hacer cuando un amigo o familiar me pide un préstamo?

Cuando alguien nos pide dinero prestado y no queremos hacerlo, quizá nos sintamos mal porque creemos que se molestará o que tendrá una mala opinión de nosotros.

Entonces, he ahí el dilema, ¿prestar o no prestar dinero?

Debes entender que se trata de tu dinero, así que tú decides si darlo prestado o no sin tener que preocuparte por lo que piensen los demás. 

Recuerda que la prioridad es tu seguridad económica, si tienes que sacar de tu fondo de emergencia o si tú mismo estás endeudado, olvídalo. Si prestas una cantidad que supere tu capacidad financiera podrías desestabilizarte.

Pregúntate «¿prestar este dinero me va a sacar de mis planes?, ¿dejar de tener esta cantidad me impedirá cumplir mis objetivos?». Si la respuesta es «sí», entonces mejor no prestarlo.

Si no estás en posición de prestar dinero, es mejor ser sincero y explicar por qué no puedes hacerlo. Sé empático con tu amigo y muéstrate interesado en ayudarlo de otra forma, puesto que el dinero no necesariamente puede ser la solución a su inconveniente.

Si tienes la capacidad de prestar y te decides por hacerlo, ten en cuenta una regla fundamental: presta solo la cantidad de dinero que te gustaría regalar a tu amigo o, dicho de otro modo, nunca prestes más de lo que estás dispuesto a perder.

Lo ideal sería que tu amigo te devuelva el dinero, pero si no lo hace, no te sentirás molesto, ya que considerarás el préstamo como un regalo.

Haz esto si te decides por prestar dinero

Hay situaciones donde la cantidad de dinero que te pide tu amigo es alta y no estás dispuesto a regalarla o perderla. En una circunstancia así primero deberías conocer el destino de los fondos.

Si tu amigo te pide una gran suma de dinero para satisfacer un deseo no necesario, como por ejemplo comprar un reloj, un nuevo teléfono o un automóvil, lo ideal sería rechazar la petición. Pero si el destino de los fondos es algo importante o urgente y decides prestarle, conviene que hagas lo siguiente.

Crea un contrato o pagaré con tu amigo o familiar donde fijes las condiciones de ese préstamo. Es posible que se sienta un poco confundido, ya que pensará que no confías en él, pero dile que es para evitar que haya malentendidos entre ambos. Ten en cuenta que si de verdad desea pagarte no debería tener problemas en acordarlo por escrito.

Ahora bien, ¿qué debes incluir en el contrato? Lo primero será poner quién presta y quién recibe, la cantidad de dinero, la forma de envío, la cual se aconseja que sea por transferencia bancaria, para que así quede registro y por supuesto los montos y las fechas de pago.

Como es tu amigo o familiar puedes evitar cobrarle intereses o cobrarle un porcentaje muy bajo, ya que a fin de cuentas se está ahorrando mucho dinero como si por ejemplo solicitara el préstamo a una entidad bancaria.

Recomendaciones para Cobrar el Dinero

Sé por experiencia que cobrarle a un amigo o familiar es bastante incómodo y hasta penoso, pero es la única manera que tenemos de recuperar el dinero prestado.

Si sientes vergüenza de hacerlo, puedes seguir el ejemplo de Lisa.

Hace unos meses, Lisa le dio prestado dinero a un familiar, quien lo necesitaba para cubrir urgencias médicas. Acordaron lo necesario y fijaron una única fecha de pago. Llegó el día, pero su familiar no apareció. Por ser alguien cercano, Lisa decidió dejar pasar unos días, los cuales se convirtieron en semanas y luego meses.

Como el tiempo pasaba y no tenía respuestas Lisa llamó a su familiar sin respuesta, así durante un tiempo. Hasta que un buen día se encontró con este familiar en el cumpleaños de su tío y le habló sobre el préstamo pendiente. Tras hablar Lisa entendió que la situación de su familiar no era la mejor en ese momento, por lo que pudieron llegar a un acuerdo de pagos en cómodas cuotas.

Lo que hizo Lisa fue acercarse de forma respetuosa y flexible a su familiar, quien se mostró dispuesto a pagarle lo que correspondía e inmediatamente le transfirió el fondo de la primera cuota establecida. Fue así como al cabo de unos meses Lisa ya tenía todo su dinero devuelta.

En primer lugar, debes sacarte de la mente que cobrar tiene que ser incómodo. Considera que tal como expusieron sus necesidades sin pena, tú también puedes hacerlo.

Debes entender que cobrar es lo más justo cuando no te pagan a tiempo. Eso sí, hay que hacerlo con amabilidad, a veces la persona olvida la deuda o está demasiado estresada o en una situación difícil. En esos casos, muéstrate flexible, habla y expresa tus necesidades para llegar a un acuerdo.

Prepárate para la posibilidad de que no te devuelvan el dinero

Incluso si has firmado un contrato, es posible que no te devuelvan el dinero. Siempre existe la posibilidad y las razones pueden ser muy diversas.

En la mayoría de los casos, esto puede ser motivo de denuncia, aunque si tu deudor es un familiar o amigo cercano, eso puede traer graves repercusiones a su relación.

Lo más aconsejable es llegar a una salida pacífica. Considera hablar abiertamente sobre su situación y en cómo pueden resolverla sin recurrir al extremo penal, tal y como lo hizo Lisa.

Pueden discutir un cambio en el contrato, por ejemplo, reducir la cantidad de pagos y alargar el tiempo del préstamo.

Otra solución sería acordar una alternativa de pago diferente al dinero. Si la otra persona tiene alguna habilidad profesional, podrías aceptar sus servicios en lugar de un pago monetario. Por ejemplo, si tu deudor se dedica a la construcción, sería conveniente disponer de él para reparar o hacer una obra acorde a la cantidad del préstamo como opción al dinero.

Ten presente una frase muy cierta para préstamos de poca cantidad: «Si le prestas dinero a una persona y no vuelves a verla, es dinero bien gastado».

Ahora cuéntanos, ¿has prestado dinero a un amigo o familiar alguna vez? De ser así, ¿Cómo fue tu experiencia?

Y recuerda, si tienes alguna duda estaremos encantados de ayudarte, no te olvides de compartirlo con tus amigos para ayudarlos en su educación financiera.

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