La Importancia de Ahorrar

Seguramente conoces la historia de los tres cerditos. Pero puede que te estés preguntando por qué empezamos un video de finanzas hablando de esta historia infantil que nada tiene que ver con dinero o ahorro. Pues porque es una historia que nos sirve de analogía para explicar por qué es tan importante ahorrar. Acompáñanos a descubrirlo:

Recuerda que en lugar de leer, puedes también verlo en nuestro canal Tiempo de Finanzas 🙂

Todos en algún momento de nuestras vidas podemos sufrir alguna crisis económica. Ante estas crisis, algunas personas están más preparadas que otras para enfrentarlas. Si piensas en la historia de los tres cerditos, esta habla del enfrentamiento de los problemas y cómo quedamos parados frente a ellos.

Recordemos juntos la historia de los tres cerditos para descubrir cómo ésta nos ayudará a valorar la importancia de ahorrar:

Había una vez tres cerditos que decidieron dejar la casa de sus padres y construir cada uno su propia casa para vivir de manera independiente. Cuando comenzaron con la construcción, cada uno eligió un material diferente:

El primer cerdito, que era el más pequeño y también el más perezoso, decidió construir una casa de paja. Rápidamente juntó la paja y construyó su casa en unas pocas horas. Luego, se echó a descansar y a comer bajo la sombra de un árbol.

El segundo cerdito, que era el hermano del medio y un poco holgazán, pero no tanto como el hermano más pequeño, decidió construir su casa de madera. Recolectó madera en el bosque, la cortó y en tan sólo medio día construyó su casa. Luego, al igual que su hermano menor se tomó un descanso.

Por otro lado, el tercer cerdito, que era el hermano mayor y el más trabajador de los tres, decidió construir su casa con los materiales más nobles y resistentes que encontró, a pesar de tardar mucho tiempo: comenzó a construir su futura vivienda con ladrillos y cemento. El cerdito mayor tardó varios días en construir su casa, pero cuando finalmente terminó, pudo disfrutar de su maravillosa casa de ladrillos.

Los dos cerditos más pequeños miraban asombrados a su hermano mayor, y no podían creer que le dedicara tanto tiempo a la construcción de su casa cuando podía tardar mucho menos utilizando otros materiales.

Con el correr de los días, cada cerdito vivía feliz en su casa. Hasta que un día llegó un lobo hambriento que los quería cazar. El lobo tocó la puerta del primer cerdito y cuando éste no le abrió, decidió soplar muy fuerte para derribar la casa del cerdito más pequeño.

Cuando logró derribarla, el cerdito pequeño salió corriendo a refugiarse a la casa de madera del hermano del medio. Pero… el lobo lo persiguió y también sopló muy fuerte para derribar la casa de madera. Si bien le costó más trabajo, logró tirarla abajo con algunos soplidos. Ambos cerditos, aterrados, corrieron a refugiarse a la casa de ladrillo de su hermano mayor.

Cuando el lobo intentó derribar la casa de ladrillos, no lo logró debido a la resistencia y la nobleza de los materiales de la casa del cerdito mayor. Al no poder derribarla, decidió trepar y entrar por la chimenea. Pero cuando se lanzó por esta, los tres cerditos habían prendido fuego, el lobo se quemó y salió corriendo.

Una historia infantil muy simpática cuya moraleja nos habla del esfuerzo que debemos realizar para conseguir las cosas y de que no debemos resolver nuestros problemas con la primera alternativa o solución que encontramos. Esta fábula nos habla de la necesidad de trabajar duro y de no conformarnos con el trabajo rápido y liviano.

Pero… ¿Qué tiene que ver esto con el ahorro? Pues los tres cerditos representan cómo las distintas personas enfrentan un problema económico según las decisiones que hayan tomado frente al ahorro. Si has ahorrado poco dinero a lo largo de tu vida y solamente vives con el dinero que tienes en el día, entonces ante una crisis económica quedarás mal parado. En cambio, si has ahorrado mucho y te has esforzado por tener una buena reserva de dinero, podrás enfrentar esa crisis económica de la mejor manera.

Veamos esto a través de un ejemplo de la vida real:

Juan, Martín y Pedro son compañeros de trabajo. Trabajan en una fábrica de muebles, pero cada uno tiene una forma distinta de manejar su dinero:

Juan es una persona que vive de préstamos. Nunca ahorra nada del dinero que recibe mes a mes de su trabajo, no tiene un fondo de seguridad porque se gasta hasta el último centavo que recibe. Podría decirse que Juan es el equivalente al cerdito menor del cuento, pues no se toma su tiempo para construir su casa y vive en una de paja.

Martín es un ahorrador esporádico, a veces se gasta todo su sueldo y en ocasiones ahorra un poco. Esto le ha permitido crear un fondo de seguridad para gastos de emergencia o posibles crisis, pero no ha ahorrado lo suficiente. Podríamos decir que Martín ha construido su casa de madera, como el cerdito del medio.

Pedro ahorra todos los meses el 20% de su salario e invierte otra parte, generando más ingresos de lo que le da su sueldo. No desperdicia su dinero mientras lo tiene, trabaja duro para vivir bien pero también para lograr un buen fondo de emergencia que le permita sobrevivir ante la posible falta de ingresos. Pedro es como el cerdito mayor que ha construido su casa de ladrillos.

Ahora bien, mientras cada uno tenga su empleo no hay ningún problema, podrán seguir viviendo. Pero… Ha llegado una crisis y la empresa ha anunciado que tendrá que cerrar. La crisis es el equivalente al lobo en el cuento.

Ante la falta de ingresos debido a la pérdida de su empleo, ¿quién crees que estará mejor? ¿Juan, Martín o Pedro?… Sí, adivinaste: el que mejor enfrentará esta crisis será Pedro, quien no ha desperdiciado su dinero y además de ahorrar ha invertido. Ha sido lo suficientemente inteligente para no sufrir en tiempos de escasez y no verse obligado a modificar considerablemente su estilo de vida.

Martín ha logrado tener un ahorro para sobrevivir un tiempo, pero si la situación se sostiene por varios meses y no consigue un nuevo empleo, el dinero que tiene ahorrado no será suficiente. En ese caso, tendrá problemas financieros y deudas que no podrá pagar. Como el cerdito del medio, Martín no estaba totalmente preparado y la crisis puede destruir su estilo de vida, como el lobo ha destruido la casa de madera.

Luego tenemos el caso de Juan: Juan es el cerdito menor, que no se ha preparado y no ha sido lo suficientemente inteligente como para ahorrar, entonces se verá en la obligación de modificar su estilo de vida por la falta de empleo y lo comerán las deudas pues el único modo de salir de esta situación es pidiendo dinero prestado.

Por supuesto que no es sencillo hacer lo que hizo Pedro: ahorrar, prever los posibles problemas del futuro y ser disciplinado. Lo más sencillo es hacer lo que hizo Juan, gastar todo lo que tenemos, vivir en el día a día y no preocuparse por lo que vendrá.

Es importante tener un ahorro y un fondo de emergencias, piensa que esto te ayudará en cualquier momento, ya sea que surja un gasto imprevisto, el cierre de la empresa en la que trabajas, una gran crisis, etc.

Recuerda entonces estos dos consejos importantes para construir una casa de ladrillo: en primer lugar, prepárate, paga tus deudas, ahorra e invierte para anticiparte a posibles crisis.

En segundo lugar, anima a la gente que te rodea a hacer lo mismo, ya que, si todos están preparados ante una eventual crisis, será más sencillo enfrentarla y nadie te pedirá ayuda a ti para sobrevivir.

Prepararnos con anticipación para estas situaciones puede ahorrarnos no sólo deudas sino también muchos dolores de cabeza. Piensa en construir tu casa de ladrillos y no de paja o madera, pues los ladrillos y el cemento son mucho más sólidos y fuertes. ¡No te olvides del cuento de los tres cerditos cada vez que pienses que ahorrar o invertir no sirven para nada!

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